¿Bowser’s Fury? mejor dicho, Kitten’s cute
Luego de una oleada de remasterizaciones bajo el nombre de “deluxe” para los títulos exclusivos de Wii U; Nintendo decidió que Super Mario 3D World iba a ser la excepción y le agregó un “+ Bowser’s Fury”. Una expansión que busca diferenciarse del resto, para evitar la mala fama que está ganando la compañía por remasterizar juegos, en vez de continuar con las famosas secuelas que lo caracterizan. Por ese mismo motivo me dedicaré a hablar exclusivamente de Bowser’s Fury, el nuevo contenido que se agrega a un juego que se lanzó originalmente en 2013.
La hacés re larga
A diferencia del juego base, esta expansión es en un pequeño mundo abierto, el cual cuenta con distintas islas que funcionan como “mundos” en los que recolectar soles felinos y progresar en la historia. Estos se consiguen resolviendo acertijos o coleccionando fragmentos y al conseguir cierta cantidad se puede luchar contra este Bowser gigante. Deben haber como cinco tipos de acertijos con los que se explora a fondo toda la isla, como Nintendo nos tiene acostumbrados; esto genera que nos familiaricemos con estos lugares y descubramos cada centímetro de las islas.
Además, cada cierto tiempo Bowser intentará evitar que progresemos, por lo que nos atacará con distintas cosas, en especial un rayo de fuego. Y esto es clave, ya que ese ataque destruye unos bloques muy particulares que solo él puede romper, donde se haya un sol felino. Esto, como varias mecánicas en el juego son un arma de doble filo, porque las islas se complementan a estos ataques y desbloquean nuevos soles. Pero cuando estás lo suficientemente avanzado y no encontrás soles normales, el juego te “penaliza” haciéndote esperar y puedas desbloquear esas lunas necesarias para poder pelear contra él.
Es una lástima, porque varias veces me encontré con que necesitaba uno o dos soles felinos para desbloquear la siguiente lucha y tenía que dejar la consola para matar el tiempo con otra cosa, esperando al lado de una pared con sus ladrillos. Esto puede empeorar cuando estás muy trabado, porque al encontrar un sol, Bowser se va y hay que volver a esperar ese largo rato; sucediendo más veces de las que me gustaría admitir…

Algo similar sucede con nuestro compañero marino. Al ser un mundito abierto, este fiel Poochie acompañará a Mario como su transporte y vehículo en carreras a contrarreloj. El truco es que funciona como arma de doble filo, porque nos ahorra un montón de tiempo al viajar entre las islas; pero si muere y estás alejado de cualquier terreno, este respawnea bastante lejos. Es realmente una lástima que estas buenas mecánicas, espero que sin querer, alarguen artificialmente la experiencia.
El Dark Souls de los Mario
Como caracteriza a todos los juegos del plomero, estos son extremadamente fáciles de terminar. Pero la particularidad de esta nueva expansión, es que al tener casi todos los soles felinos de los cincuenta necesarios, Bowser no se va aunque los agarres, por lo cual dificulta increíblemente todo. Esto suena contradictorio porque durante todo el juego, aunque él esté, es fácil y se le pierde rápido el respeto; pero al haber tan pocos soles restantes, encontrarlos es más difícil. Sin contar que dispara mucho más rápido que antes, me sucedió que en este tramo me mató más veces que si multiplicara todas mis muertes anteriores. Realmente la curva de dificultad incrementa muchísimo, hasta que conseguís los últimos soles, y la lucha final vuelve a ser un paseo por la playa.

Sorprendentemente, tenemos un modo fotografía para capturar todos los paisajes y casi todas las situaciones que enfrente el plomero. Esto viene al pelo, porque realmente es un escenario paradisiaco, muy hermoso se mire por donde se lo mire; es una lástima que sea limitada, tanto en distancia para fotografiar, como en sus prestaciones. Lo único que tiene como agregado a la foto en crudo, son un puñado de filtros o calcomanías. ¿Y para qué querría calcomanías, habiendo otras características mejores?
Para colmo estas fotos vienen impregnadas a un marco blanco que no se puede sacar, y es raro, aunque supongo que funciona para dar el efecto de “postales” en este lugar “turístico”. Que funciona sorprendentemente bien, aunque cuenta con varias caídas de cuadros. El problema es casi exclusivo de cuando está Bowser, ya que se agrega una lluvia que lo hace tironear de a ratos, tanto en el modo foto, como en el juego per se.

Cortito y al pie
Mientras se juntan los suficientes soles, hay ciertos mini-jefes pintorescos que dan una variación al juego, pero suelen ser bastante sencillos. Lo lindo realmente es pelear contra Bowser una vez se agarra la campana gigante; es ahí cuando se nota lo pequeño que es el mundo, ya que solo toma un par de pasos llegar entre estas. En sí, todas las peleas suelen ser más de lo mismo porque son muy fáciles y genéricas, pero, las de Bowser son visualmente épicas.
Como esta expansión tan diminuta. Bowser’s Fury rompe la norma y acompaña a esta remasterización de maravillas. Aprovechando el motor del juego al máximo, trayendo nuevas características y una variedad al simplón Super Mario 3D World; poniendo, de a ratos, al límite a la Nintendo Switch. Aunque la duración de “la historia” es de tres o cuatro horas nada más, y resulta ser es un paquete bastante corto para su precio. Sí, para completarla al 100% se debe necesitar el doble de horas, pero igual. Supongo que esa es parte de la gracia que tienen estos juegos llamados collectathon, pero realmente nunca me incentivan a mí. Juntar los cincuenta soles felinos necesarios de los cien, me alcanza y sobra para cerrar esta corta experiencia.