
El despertar de la fuerza
Cuando se piensa en el paso de Star Wars por la industria de los videojuegos, en general se tiene una idea relativamente positiva de ellos. La franquicia se puede adaptar a casi cualquier género de forma sublime y es por eso que, seguramente, cualquier persona tenga buenos recuerdo de algún juego de la saga. Personalmente me gusta recordar con cariño a clásicos como: Star Wars Episode 1: Jedi Power Battles (2000) o Star Wars: Battlefront 2 (2005) pero esa grandeza se perdió… en parte.
La última década Star Wars tuvo un paso ligero por la industria. Sin contar a la saga de LEGO, el último juego querido por la crítica fue The Old Republic (2011) y luego solo hubieron juegos menores o mediocres. Recién con Star Wars Jedi: Fallen Order (2019) tuvimos la vuelta a la grandeza que se merece la franquicia y Squadrons continúa con esa línea. Como pequeño paréntesis, me gustaría aclarar que cuando hablo de grandeza y las buenas obras de la saga, hablo específicamente de que son juegos cumplidores. Están bien pero que tampoco son revolucionarios como The Last of Us, entre otros.

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana
Apenas comienza el juego tenés que crearte a tus pilotos: elegir sus caras, cuerpos y voces indistintamente a la identidad con la que uno pueda identificar cada facción. Este detalle/mecánica es hermoso y refleja la actualidad de la franquicia con sus nuevas representaciones étnicas. Luego comienza el prólogo que te mete de lleno a una excepcional mezcla de cinemáticas e historia contada con gameplay. Una vez conocemos la perspectiva del Imperio y la Nueva República podemos ser libres para usar las cuatro alternativas que hay en el menú principal: Partida Rápida, Multijugador, Historia o Personalización.
Solo cuatro modos son los que necesita Star Wars: Squadrons para presentarse como uno de los mejores juegos del año, pero más que nada para los usuarios que posean unos cascos de Realidad Virtual. Porque claramente es un juego pensado para ser un exclusivo de VR que se adaptó a las plataformas convencionales. Esto se denota negativamente en cómo te manejas por el hangar y cómo son sus diálogos, siendo una cámara estática que puede mirar en todas las direcciones, pero sin moverse. Por lo menos cada persona con la que hablas se expresa, gesticula y tiene unos movimientos naturales que le restan importancia a la limitación.
Otra limitante es el doblaje. Porque si bien el original (inglés) es perfecto, prestarle atención a ellos mientras intentás destruir un X-Wing puede resultar… complicado. Por suerte (o por mala suerte) tenemos el doblaje castellano, que es sorprendentemente aceptable, aunque está pésimamente sincronizado con las bocas, por lo cual resulta bastante contraproducente con el punto anterior. Otro inconveniente menor es que, como siempre: el español traduce y no interpreta, por lo que a veces se pierden cosas como «Stormtrooper» que se reemplaza con «soldado de asalto».

El tamaño no importa. Mírame a mí, me juzgas por mi tamaño, ¿eh? Y no deberías, porque mi aliada es la fuerza, y una poderosa aliada es…
Claramente lo mejor del juego son las mecánicas. Si bien estas parecen sencillas, tienen su grado de profundidad y varían levemente entre cada nave. Por ejemplo, con «cuadrado»: un TIE Hunter puede mejorar el desempeño del motor, el de las armas o utilizar una intermedia ; mientras que un X-Wing lo usa para elegir mejores escudos traseros, delanteros o balanceados.
Me gustaría poder criticar este último aspecto, pero realmente es magnífico: cómo reflectan las luces en el tablero dependiendo en la posición donde estés, cómo se puede jugar sin ningún tipo de HUD que no sea el de tu tablero, la personalización de tu nave, la sensación de movimiento, el control, todo es… inmejorable. Bueno, en realidad sí se puede mejorar y es claramente con unos cascos de VR, pero claramente no cualquiera se los puede permitir (me incluyo).
A pesar del «poco» contenido, si un pequeño Padawan se pudo divertir tanto, no me quiero imaginar lo mucho que puede hacerlo un verdadero fanático. Lo único que me hace ruido es… ¿por cuánto tiempo se sentirá fresco?