
La Guerra de Irak al alcance de tus manos
El desembarco de los FPS de carácter realista a consola es una realidad. Por mucho tiempo este gran subgénero se mantuvo en una exclusividad celosa con el PC gaming, convirtiéndose en un nicho y en un lugar duro de transitar si eras un jugador de FPS casuales. Hoy por hoy, entre tantos juegos diferentes pero llanos y simples, la secuela directa de Insurgency (2014) se siente como un balde de agua fría para los consoleros.

Soldado, prepare su equipo que salimos
Hay muchos elementos dentro de los FPS que nos pueden acercar a una experiencia más o menos realista. La importancia de los detalles y el gunplay conforman los dos pilares fundamentales sobre los que se edifica un buen juego de guerra realista. A lo largo de los años, muchos juegos de disparos han pasado por nuestras manos y cada uno ha tenido un impacto diferente al otro. Insurgency nos hizo olvidar de todo lo que hemos aprendido hasta el momento. Cuando entramos al combate nos dimos cuenta de que no solo es un juego duro y casi sin información en pantalla, sino que también es diferente al resto de sus competidores.
Se siente diferente primeramente por las armas, parte y elemento principal de un juego de disparos. Cada una de ellas es única e irrepetible. Los diferentes modelos y calibres hacen que disparar un subfusil de .45mm sea totalmente distinto a disparar un 7,62mm como podría ser un AK-47. Cada arma cumple con su cometido sin mosquearse y la sensación de disparo es muy potente. Traigo este debate a la mesa ya qué, juegos como Battlefield y Call Of Duty en sus últimas entregas nos han brindado armas que suelen parecerse mucho entre ellas. Lo cual, a lo largo de la vida de un FPS, termina siendo un problema muy grave. Actualmente dentro de Insurgency hay un total de 50 armas para poder utilizar y personalizar a nuestro gusto.
Dentro de un campo de batalla, los accesorios que le acoplemos a nuestro fusil jugarán un papel importante y decisivo. Es así como descubrimos la existencia de una gran cantidad de miras, accesorios para el cañón y empuñaduras. Cada una de ellas tiene un peso que debemos vigilar para no sobrecargar a nuestro soldado. Elegir bien nuestro equipo mejorará el desempeño dentro de la partida. Esto nos invita a conocer y recorrer los mapas, ubicar los espacios cerrados o buscar las coberturas en espacios abiertos. Es por eso que, escenarios de CQB («Closed Quarter Combat») requerirán de una mira de corta distancia y un puntero laser; mientas que un mapa abierto y descampado, podría obligarte a jugar con una mira con aumento, compensadores y empuñaduras. Existe una gran cantidad de combinaciones para crear una experiencia de juego excelente.

Adaptar el mouse a controles no es un trabajo facil
Otra cosa importante en este tipo de juegos son los controles y la movilidad. En FPS actuales vemos que, por lo general, los controles suelen estar bien adaptados tanto para mandos como para ratón y teclado. Sin embargo, cuando se trata de trasladar un gran juego con una buena cantidad de comandos puede ser catastrófico pero, en Insurgency, esto no sucede. Mi miedo principal en este juego era que no se controlara del todo bien. Hacía años había tenido una mala experiencia en Verdún, un juego «realista» de la Primer Guerra Mundial, donde mejor hacía era crashearse. Esta grata y buena sorpresa me dejó muy a gusto con todo lo que pude hacer, sobre todo, el hecho de poder inclinarme lateralmente. Para mi, todos los juegos deberían tener incorporada esa opción.
Se juega especialmente bien, luego de unas cuantas partidas me acostumbré a la los controles y a sus atajos. Un detalle que puede salvarte en una situación de tiroteo, es la de aplicar la famosa recarga táctica dándole dos veces seguidas al botón de recarga. La sensibilidad dentro de estos títulos está acostumbrada a ser baja ya que, no existe el auto-apuntado; por lo qué, a menor sensibilidad mayor precisión a la hora de ejecutar disparos largos o darle un mejor control a la ráfaga. Si, los que vengan de títulos donde tener una sensibilidad alta es prioridad, déjenme decirles que se chocarán contra una pared al entrar en combate. La muerte dentro de este juego es algo que será recurrente, si no estás atento a todo lo que ocurre dentro del entorno.
La sensibilidad dentro de estos títulos está acostumbrada a ser baja, ya que no existe el auto-apuntado. De esta manera, a menor sensibilidad, mayor precisión a la hora de ejecutar disparos largos o darle un mejor control de la ráfaga. Quienes vengan de videojuegos donde una sensibilidad alta es prioridad, déjenme anticipar que se encontrarán envueltos en un entramado al encontrar un combate distinto.

¡VAMOS MUCHACHO! ¡A LA GUERRA!
Insurgency: Sandstorm iba a tener un modo campaña cooperativo de salida pero, como las cosas suelen cambiar, decidieron que sería mejor no hacerlo. A cambio de este faltante, New World Interactive se encargó netamente de brindarnos una experiencia multijugador que esté a la altura de sus competidores, ¡y vaya que lo han conseguido! En el menú podremos elegir si queremos jugar una partida en línea PVE o PVP con bastantes modos de juego o, en su defecto, partidas locales contra la inteligencia artificial. Una vez dentro de la partida, se nota que todos los mapas son diferentes en su diseño de niveles. No hay tres carriles o elementos habituales. Saber tomar coberturas, jugar con las verticalidades y limpiar bien los edificios nos asegurarán la supervivencia. Para lograr este trabajo es necesario contar de un equipo con diferentes tipos de soldados, y es ahí cuando las clases se vuelven importantes.
Cuando entremos a una partida veremos que hay varias clases con espacios limitados para escoger. Podremos ser desde un operador de radio, hasta el clásico soldado con ametralladoras ligeras y granadas de humo. Veo muy útil este movimiento por parte de la desarrolladora ya que, de esta manera se asegura mantener un juego diverso. Para comenzar tendremos la clase predeterminada de fusilero, es decir, la más común del juego y casi la que menos impacto tiene en la partida. Luego, conforme subamos de nivel, podremos jugar como un comandante y pedir suministros o apoyo aéreo. Simplemente he quedado fascinado con el gameplay y la importancia que se le da a cada rol dentro del combate.
Un consejo importante: no corras por el escenario como un pollo descabezado porque vas a morir, y al final no vas a disfrutar nada. De hecho @Gilpster fue el primero en morir luego de correr por una calle abierta al grito de: «Panchito, si no corro, no siento la adrenalina«. Si, las risas no faltaron, pero luego de ese tropezón, comenzamos a jugar a un ritmo más pausado y acorde a la situación. El primer mapa al que nos enfrentamos fue uno nocturno, necesitábamos conquistar unos puntos de control para poder avanzar en la partida. No miento cuando digo que fueron los 20 minutos más tensos de mi vida. No se veía nada, los enemigos asechaban por todos lados y los sonidos nos confundían. Solamente Rainbow Six Siege ha logrado ponerme en una situación familiar, los demás shooters ni se acercan.
Llevá un botiquín y ganas de aprender
Está claro que Insurgency: Sandstorm se siente renovador para las consolas. Es divertido, tiene momentos de tensión y sobre todo siento que puede brindar una experiencia superior a otros títulos. Pensaba que Ghost Recon era el máximo exponente de este genero pero, después de probar este juego, me di cuenta que estaba equivocado. Es muy diferente a todos los demás y eso lo hace atractivo para los que siempre buscaron un poquito más. Acá se recompensa la paciencia, la inteligencia, la comunicación y el trabajo en equipo. Se me hizo inevitable recordar mis tiempos de Battlefield 4 donde buscábamos con mis amigos simular un escuadrón real. Si Insurgency hubiera estado ahí en ese momento, jamás habría tocado el juego de Electronic Arts.