RESEÑA DE HELLBOUND, EL DOOM ARGENTINO

RESEÑA DE HELLBOUND

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¿El Doom argento?

Hellbound nos viene a refrescar la memoria, de una ñapi, los grandes juegos de los 90’s. Doom, Quake o Duke Nukem marcaron el género de los FPS para siempre y definieron a toda una generación de videojuegos. En honor a ellos, el estudio argentino, Saibot Studios, nos propone «un shooter añejado por 30 años».

Desde que abrimos el juego, entre las placas de los desarrolladores, somos recibidos por una advertencia que nos dice que el juego está hecho como si fueran los 90’s. De esta manera da un trigger warning a los que nos acostumbramos a FPS modernos que nos llevan de la manito como Call of Duty o Battlefield.

Una vez terminan las placas del inicio, de repente (advertencia para los que usan auriculares) música de metal asalta nuestros oídos y somos presentados con un menú, que si le digo épico, me quedo corto. Todo es extremo, vas pasando el mouse sobre las opciones y tus clicks son acompañados con tremendos *¡TUUUNN!*. Por cierto, las semejanzas con el menú de Doom Eternal son muchísimas: el modelo del personaje preparado para todo, las dificultades con chistes y el metal acompañándolo todo como un moño.

Todo es una excusa para disparar

Mientras se cargan los niveles se nos da un poco de texto para entender porque hacemos lo que hacemos en cada nivel (aunque en realidad nuestra única motivación es pegar tiritos). Tu nombre es Hellgore y sos el único que queda de tu planeta luego de la batalla contra los demonios. Cuando los humanos intentan combatir a los demonios te reviven como última esperanza para ganar la guerra. Ahora solo, contra una horda de monstruos que invade tu planeta, te vas a encargar de vengar tanto a tus hermanos y hermanas, como a los humanos. Tu objetivo final es destruir el portal por el que los demonios llegan a nuestro mundo y de esa manera terminar con la guerra.


Cualquier similitud con otros juegos no es pura coincidencia.
Cualquier similitud con Doom no es pura coincidencia.


Lo que realmente importa

Una vez empezamos a movernos se puede sentir que el juego es súper rápido, algo que tiene sentido, ya que somos un alíen gigante. Este movimiento veloz y los saltos altísimos aportan a fortalecer este ritmo frenético, emulando a los shooters de la época.

Ciertos botones tienen un uso casi cosmético, como el botón G para cambiar de qué lado agarramos el arma, pero cuando llegué a una puerta y apreté E para abrirla, mi ansiedad me hizo tocar el botón 2 veces. Ahí descubrí la tecla más útil del juego: E para gruñir. Después de ese momento, me pasé horas apretando el botón E para gruñir 80 veces por minuto.


Hellbound Antes de cada nivel un mini-resumen y a jugar.
Antes de cada nivel un mini-resumen y a jugar.


Ahora hablando del gameplay propiamente dicho, este tiene ciertos aspectos claves de un shooter de los 90’s: el HUD se encuentra en la parte inferior de la pantalla, donde tenemos las balas de cada arma, cuál arma tenemos seleccionada y la cara de nuestro personaje en el medio, que sirve como una representación gráfica del estado de la salud de nuestro personaje. Algo a lo que tenemos que acostumbrarnos, los que estamos hemos crecido con shooters más modernos, es que no hay recarga. Las balas que se muestran en el HUD son todas las veces que podés disparar.

Por último, se puede destacar que todas las armas tienen una acción secundaria cuando hacemos click derecho. Puede ser para apuntar con la mira en el rifle del principio o para disparar con más fuerza con la escopeta, por ejemplo. También hay ciertas bonificaciones que se pueden adquirir en algunas partes de los niveles, estas te dejan entrar en el modo Helldamage, poniendo nuestra pantalla roja y causando mucho más daño de lo normal.


Hellbound, Agradecimiento a quienes donaron al Kickstarter.
Agradecimiento a quienes donaron al Kickstarter.


Puntos a mejorar

El juego en sí es bastante bueno, si toleras el género de los FPS, pero eso no quiere decir que no tenga cosas donde mejorar. Al terminar un nivel uno está contento, pasaste esa etapa y estás listo para el próximo. De repente llega el conteo de tus puntos acompañados por unos efectos de sonido de tamborazos muy fuertes. Al punto de que cuando terminé el primer nivel, casi que quedo sordo de las explosiones del conteo. Pero esto es algo más personal que otra cosa y se ajusta con la estética del juego.

Otro punto es luego de matarse épicamente con los demonios, acá llega la etapa de buscar puertas y resolver puzzles. En este momento el ritmo del juego pasa de ser súper frenético, a ser lentísimo. Por suerte estas son ocasiones muy puntuales de los niveles. Y puedo tolerarlas ya que le da otra dimensión al juego: ya no es solo dispararle a los malos sino que tenes que pensar.


Hellbound, luego de matar a los monstruos entramos al momento zen.
Luego de matar a los monstruos entramos al momento zen.


Una experiencia con altibajos

Aunque mi mayor frustración es en un caso puntual, donde después de pelear con los monstruos tenemos que encontrar la entrada a la próxima etapa. Luego de mas o menos de 30 minutos de buscar una puerta, me aburrí y empecé a apretar el botón E para liberar mi frustración. Casi por milagro pasé por al lado de una columna y lo activé, sin querer, para que baje. Resulta que era un ascensor y yo todo este tiempo busque una puerta. Esto tal vez se justifique por acostumbrarme a que los FPS modernos me lleven de la mano, indicándome exactamente lo que tengo que hacer, pero más allá de eso fue el momento más frustrante de mi tiempo jugando al Hellbound.

Me encantó revivir lo que eran (y siguen siendo en casos como Doom) los FPS de esa época, haciéndome apreciarlos todavía más como hitos en la historia del videojuego. Hellbound se puede encontrar en Steam para PC a un módico precio de $200 pesos (un sánguche y una coca en la estación) o también se puede conseguir el modo survival, para probar el juego, completamente gratis.

Peterkingdom

Peterkingdom

Amante de los FPS y RTS. Me enamoré de los fichines desde la primera vez que fui a jugarlos y me encanta todo lo retro, tanto juegos como consolas.
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