
Round Two: Starlord logra remontar a favor de Square Enix y Marvel
La forma en la que arranca Guardians of the Galaxy nos da una pista de lo especial que puede llegar a ser. Controlamos en primera persona a Peter Quill de adolescente, cuando todavía no viajaba entre las estrellas ni se autodenominaba Starlord. Nos encontramos tirados en la cama del sótano, escuchando una banda ficticia llamada justamente Starlord, de heavy metal por supuesto. A nuestra derecha podemos interactuar con el librito del álbum y leer las letra de las canciones u hojear una Rolling Stone que insinúa ser de la época. De repente entra la madre de Peter y nos cuenta que en su época escuchaba Black Sabbath y que hace rato lo está esperando arriba para cortar el pastel de cumpleaños. Esta vez Square Enix entendió a Marvel.
Los padres de Final Fantasy no habían empezado con el pie derecho en su travesía con la licencia del ratón. Marvel’s Avengers padeció por querer instalar un modelo de servicio cuando nadie lo pedía ni lo quería. Quererse parecer a Destiny o The Division no fue el único problema que tuvo, pero era evidente que lo que la mayoría quería era un singleplayer tradicional de toda la vida.
Su propio monstruo
La historia de Guardians of the Galaxy no es una de origen ni tampoco intenta adaptar un clásico tebeo. Starlord y su equipo hace tiempo que trabajan en conjunto, pero todavía no lograron formar un vínculo y siguen desconfiando el uno del otro. Luego de una misión son interceptados por los Nova Corps, la fuerza policial galáctica, y se les impone una multa que debe ser pagada antes de la fecha establecida. Así de sencillo es el puntapié, pero por supuesto las cosas se complican y lo que parecía ser una simple tarea termina poniendo en jaque a toda la galaxia, y por ende, sus vidas.

El juego toma influencia de varios medios, a lo Marvel’s Spider-Man de Insomniac, logrando encontrar su punto a medio camino entre las películas y los cómics. La personalidad de los personajes claramente deriva de lo hecho por James Gunn, como a Drax tomando todo literal, pero el trasfondo de cada uno es totalmente diferente. De dónde más saca es de la etapa más aclamada del grupo, la de Dan Abnett y Andy Lanning, quienes fueron los que establecieron la formación de los Guardianes de la Galaxia con estos cinco personajes.
Starlord of the Galaxy
Si bien el juego se llama Guardians of the Galaxy, al único que vamos a estar controlando es a Starlord. A simple vista puede parecer un shooter clásico en tercera persona como Uncharted o Gears of War, pero la movilidad y la agresividad de los enemigos lo acerca mucho más al reciente Returnal. El que no haya coberturas hace que cada enfrentamiento nos obligue a estar corriendo y deslizando ininterrumpidamente, en ningún momento nos detenemos a apuntar (de hecho no hay botón para apuntar), disparamos sin parar. Incluso a la hora de recargar, podemos realizar un sencillo minijuego en el que si acertamos, lanzamos un ataque más fuerte.
Sería raro que no hubiera habilidades para desbloquear, y si bien no hay tantas ni tampoco son las más imaginativas, en conjunto cumplen su función de darle variedad al combate. Están las que congelan enemigos, las que detienen el tiempo si apenas eludimos un ataque y también una que nos permite volar por algunos segundos, entre otras.

Los demás Guardianes también forman parte del gameplay, sólo que no activamente. Se les puede dar órdenes e indicar cuándo utilizar ciertos poderes. Gamora es la más fuerte y quien puede ejecutar enemigos más rápidamente, Drax tiene la capacidad de lanzar objetos del escenario de cualquier tamaño, Rocket se dedica a utilizar explosivos y a hacer daño cubriendo grandes zonas, y Groot puede aturdir o paralizar con sus ramas. La jugabilidad se torna dinámica y genuinamente divertida, pero uno no puede dejar de pensar en si pudiéramos controlar a los otros cuatro, dejando la sensación de una oportunidad desperdiciada.
Hasta por los codos
Los escritores deben haber estado un lindo tiempo trabajando porque la cantidad de diálogos que tiene el juego es sorprendente. Hay un comentario o frase para cada acción o momento. Si Starlord tarda unos segundos más en llegar a un determinado punto, quien nos acompaña empieza a mandonearte y apurarte, y quizás se ponga a contarte una historia. Si decidimos aventuramos solos por alguna zona oculta, empiezan a preguntarse dónde te metiste o te ignoran y empiezan a conversar entre ellos. Lo bueno que tiene es que estas frases no son genéricas ni se repiten, ocurren una vez y nunca más.

El tema es que a veces se puede volver un poco abrumador. En ningún momento los Guardianes paran de hablar, ni cuando están en plena batalla. Bromas, insultos y reclamos llueven a cada rato. Si encontramos un objeto de interés, más tarde alguno de ellos se puede acercar y contarnos una historia, ahondando más en su origen o en lo que lo llevó a estar dónde está. Se pueden volver molestas en algún que otro momento, pero en definitiva es la esencia que tiene Guardians of the Galaxy, son tremendos hincha pelotas.
Por si no quedaba claro, el tono del título está muy inclinado por la comedia. No hay nada que lo represente mejor que la ultimate. Una vez lista y ejecutada, todo el equipo se reúne como si estuvieran en un partido de fútbol y empiezan a planear un contraataque. El juego brinda dos opciones, cada una con un discurso diferente, y Starlord debe elegir cuál es el correcto para lograr inspirar a los demás y así buffearlos. Sea cual sea la elección, empieza a sonar una canción ochentera a todo lo que da.
Falta «Sola en la cancha» nomás
Y sí, la música es una parte muy importante en Guardians of the Galaxy. Hay un lindo repertorio de canciones licenciadas de los 80’s, algunos hits como «Kickstart My Heart» de Mötley Crüe y otros no tanto como «Where Eagles Dare» de Iron Maiden. Por otro lado, se compuso un álbum entero para la ocasión, «Space Rider», el mismo que se escucha bien al inicio. Para el que le gustaron las películas o la etapa de Bendis en los cómics, va a sentirse como en casa.

Curiosamente hay una opción que cada vez se está haciendo más frecuente en la industria, la de omitir cualquier pista licenciada para que los streamers no tengan problemas de copyright. La verdad es horrible. Es entendible porqué existe pero se pierde muchísimo del encanto, en especial porque la mayor fascinación de Peter es la música. Desactivarla le está quitando una parte vital de la personalidad a su protagonista y de cómo la expresa.
Además de esto, hay una cantidad de opciones enorme para personalizar el juego, específicamente para la dificultad. Hay tres niveles, tienen otros nombres pero en definitiva son Fácil, Normal y Difícil. El asunto es que hay una cuarta alternativa, la de diseñar tu propia dificultad, pudiendo crear variantes bien raras, como que los enemigos mueran fácil pero que hagan mucho daño. Personalmente creo que Difícil, sin toquetear nada, brinda la mejor experiencia. No es imposible ni mucho menos, pero es un reto le da cierto empuje a probar las diferentes mecánicas.
Guardians of Knowhere
Guardians of the Galaxy es un juego lineal hecho y derecho. Su diseño de niveles recuerda muchísimo a Final Fantasy VII Remake. Es bien directo con pequeños recovecos donde explorar, generalmente recompensados con la moneda del juego o atuendos inspirados en distintas encarnaciones de los Guardianes. Poca libertad, pero directo.
Indudablemente dónde la obra saca a relucir lo mejor de sí mismo es en los escenarios. Aprovecha al máximo el contexto galáctico y se vuelve bien imaginativo con los niveles. Muchas veces los videojuegos se ponen algo vagos y simplemente diferencian zonas según un clima especifico, ¿cómo olvidar los históricos niveles desérticos, nevados y marítimos? La colometría que usa Eidos-Montréal es bien diversa, con tonos fuertes y llamativos que se oponen por completo a aquella época de PS3 y Xbox 360, en el que todo estaba cubierto por marrones y grises. Los NPCs alienígenas también son únicos, de todo tipo y tamaño, dándole más vida y autenticidad al universo.

A pesar que lo inspirado de los paisajes y los entornos, Guardians of the Galaxy es un lindo portento gráfico. Cuando estalla el combate y todos están lanzando sus poderes, dan como resultado postales agresivas, con partículas y destellos saltando aleatoriamente. Aún así, dónde pisa con más fuerza es en los modelados de los personajes. Puede llegar a pasar desapercibo en Gamora o Drax por los diferentes colores que cubren sus rostros, pero cuando vemos a alguien con la cara sin tanto tatuaje o marca, impresiona por su fidelidad. Prestar atención principalmente a la cadete Gold.
Por cierto, las versiones de anterior generación hacen lo que pueden. Se siguen viendo muy bien, pero a penas llegan a los 30 fps. Hubo un parche que estabilizó levemente esto, pero todavía le falta un poquito más. Jugable es, por lo menos.
Tiembla Mass Effect
Durante toda la campaña vamos a estar tomando decisiones que pueden alterar el curso del nivel. Son muy parecidas a las que implementaba Telltale Games en sus aventuras gráficas, con pocos segundos para responder. La elección de una u otra puede derivar en rutas alternativas, a veces aventurándonos en caminos con pequeñas recompensas. Generalmente tienen el mismo fin, pero asimismo nos presentan diferentes diálogos o escenas. No es que se convierta en la panacea de la rejugabilidad, pero en el caso que decidamos hacerlo, se hace algo más variada.
Definitivamente Square Enix supo recuperarse a tiempo de lo que fue Marvel’s Avengers. Curiosamente los desarrollos de ambos títulos se dieron en simultáneo, por lo que realmente no sabemos qué tanto hayan podido influir Los Vengadores en la versión final de este lanzamiento. De todos modos, Guardians of the Galaxy sale airoso y le da el primer triunfo a la compañía nipona. Muy recomendable para los seguidores del quinteto, sea cual sea el medio. Para los demás, es un buena entrega con mucho cariño en cada detalle. Ahora sí, para la secuela déjenme jugar con Gamora y los muchachos también.