El monopolio del fútbol continúa goleando a la competencia

Los videojuegos de deportes están monopolizados. A excepción del tenis, que carece de un juego bueno, todos los deportes grandes los domina una sola compañía. En el caso del básquet, es 2K Games con su eterno NBA 2K; el béisbol es dominado por PlayStation Studios con MLB The Show; y el resto de deportes los domina Electronic Arts. Hockey sobre hielo, fútbol americano, UFC y el fútbol real, todos son de EA. Han pasado décadas desde que Konami pudo «hacerle partido» y actualmente eFootball está en «la B». El año pasado comenté que Electronic Arts estaba «ganando el partido y se puso a hacer tiempo»; pero este año, en la misma jugada, decidió «pisar y encarar para definir con un tiro potente». Esta vez, FIFA 23 es next-gen.
Terminando con las analogías, a diferencia de FIFA 22, en esta entrega tenemos no uno, sino que varios game changer. Hypermotion 2 por fin cumple lo que prometía su versión original. Si bien este año solo se agregaron dos mil animaciones a las cuatro mil previas, desde el primer momento sentís que estás jugando la verdadera versión next-gen de FIFA. Ya no son detalles, no es meramente estético, sino que ahora las animaciones cambiaron la forma en la que se juega. No hay solo caídas y choques gratificantes, ahora los jugadores marcan, se mueven y reaccionan de una forma totalmente distinta a lo que estábamos acostumbrados. Esto hace que FIFA 23 sea todavía un poco más lento y estratégico a lo que fue el año pasado.

FIFA 23: Ultimate Team
Sin lugar a dudas, el modo de juego principal por el cual FIFA 23 vale la pena. Ultimate Team es el eje central de toda la experiencia y este año acarrea nuevas mejoras en casi todos los aspectos. En principio la química se reinventó, lo cual genera que los vínculos de nuestros jugadores cambie rotundamente a como estábamos acostumbrados. Ahora no importa dónde estén los jugadores, sino que todos contribuyen dependiendo exclusivamente de su nacionalidad, liga y club. Además, las posiciones ya no funcionan como antes, sino que, dependiendo del jugador, este tendrá una posición preferida y una (o más) posiciones secundarias relacionadas con ese jugador y no en dónde juega. Detalles que terminan por ser un cambio gratificante y fidedigno a la realidad.
Por otro lado, totalmente distinto, para los jugadores que no sean excesivamente fanáticos de jugar en línea, existen los Momentos. Estos son, en principio, tutoriales que avanzan en la dificultad y te piden cumplir con ciertos requisitos por cada desafío. Los existen temáticos, como recrear la carrera de Mbappé, pero también de momentos icónicos del fútbol que te llevarán a «hacer un gol en menos de 3 minutos, sin perder la pelota». Con cada desafío que hagas conseguís una o varias estrellas que, con una gran cantidad, se desbloquearán recompensas como jugadores o sobres. El problema de todo esto es que, para hacer cada desafío, hay varias pantallas de carga entre ellos, lo cual termina agotándote. Irónicamente, este modo per se, está pensado con la premisa de «no tengo tiempo para jugarme un partido, pero quiero progresar».
De igual manera, este es un gran problema de FIFA Ultimate Team. A nivel general, todo es lento. Abrir sobres, por más que se pueda saltear la presentación es cansino; los objetivos, que muchas veces se hacen 10 o 20 de un partido al otro, es lentísimo. ¿Por qué no hay un botón para abrir todo? Para colmo, si completaste varios objetivos de la misma sub-carpeta, cuando seleccionas uno y haces todo el proceso de guardar las recompensas, te envía al fondo de la lista. Entonces tenés que volver a subir, con cuidado porque muchas veces son demasiados desafíos y no están ordenados por completados, sino que puede estar a mitad de la lista, por lo que terminas perdiendo mucho tiempo.
Eso sí, lo perdido en los objetivos, se recupera con el cross-play. Es increíblemente rápido lo que encuentra partida y todos los jugadores de Xbox lo agradecemos un montón. Si bien el año pasado no demoraba mucho en encontrar partida, jugar en las horas que no son pico solía venir acompañado de jugar con gente muy lejana, lo que conllevaba tener ping alto. Ahora la comunidad de Xboxers nos nutrimos de todos los jugadores de PlayStation, al punto de que todavía no jugué contra nadie de Xbox. Eso sí, siento que el nivel subió mucho (o yo empeoré). Por último, el mercado de transferencias se unificó, así que todo es alegría y sniping cross-platform en FIFA 23.

Y los demás
Lo único que no pude probar fue el modo Clubes PRO, ya que en solitario no encontré partida y no pienso comprometerme a ser el jugador de un club. Lo que sí descubrí fue que, en la fusión de Volta con Clubes PRO, el jugador que creamos para un modo se comparte en el otro, lo cual nos permite personalizarle a más no poder y, por algún motivo, gastar FIFA Points en ropa digital. Más allá de eso no hay novedades, lo único que puedo confirmar es que tampoco encontré partidas online de Volta; por lo cual, personalmente, este modo termina siendo un gimmick para cuando estás cansado de jugar otros modos de FIFA 23 con tu amigo.
Por último queda el modo Carrera, que su máxima novedad es que «Gallardo» está en River. Ahora, llamarlo por el nombre es ser bondadoso. Sí, ahora podés jugar como un DT real, pero la gracia termina al primer momento en el que notas que, casi ninguno de los técnicos se parece a su persona. Obviamente existen Pep Guardiola y Mourinho, pero como buen sudaca quiero jugar con los representantes de mi país. Eso sí, como lado positivo, el Modo Carrera cada vez se parece más a Football Manager y creo que los amantes del modo de juego están muy contentos.
Ahora se puede jugar solo los momentos destacados de cada partido, elegir si estos son para defender como para atacar y evitar así perder tanto el tiempo. También están los momentos dinámicos, que son cinemáticas, y representan momentos clave como una charla de prensa, una negociación por el contrato de un jugador y todas, cada una de ellas, es totalmente incómoda porque no se habla. Esto es algo obvio porque existen centenas de jugadores y decenas de directores técnicos, pero más que hacer una experiencia «inmersiva e inolvidable» termina por ser totalmente cringe.

Sacá del medio, eFootball
Un último aspecto relacionado con el Hypermotion 2 que no pude mencionar anteriormente, es que FIFA 23 se parece muchísimo a lo que solía ser PES. Esto me fascina, porque recuerdo probar las demos de esos juegos de Konami, pensar en cómo me gustaba la física de la pelota y lo pesado que eran los jugadores. A pesar de esto, no lo podía jugar porque me generaba rechazo. Deseaba que esto se incluyera en FIFA, porque hay algo que, ni siquiera eFootball tiene: meter cuerpo, tironear de la camiseta y descolocar al rival. El cuadrado de toda la vida es una feature única, y tu mejor amigo para este juego.
Esto se debe a que en FIFA 23 se agregaron los tiros potentes. Una forma de «disparar a portería» en la que podés hacer una de Supercampeones, la mecánica busca darte nuevas posibilidades de gol, para contrarrestar el poderío de la defensa. También se reestructuró como realizamos las jugadas paradas, permitiéndonos configurar manualmente dónde y cómo le vamos a pegar a la pelota. Por último, a destacar están los tiros de tres dedos, nuevas formas de pasar la pelota y, todavía más, formas de controlar a tus jugadores. Esto termina por darle una complejidad estúpidamente grande al juego, que resulta más fácil hacer un máster de abogacía, a dominar tantas mecánicas.
Pero es algo necesario. Ahora todo es tan lento, que atacar necesita nuevas mecánicas para poder llegar al arco y siempre son bienvenidas las novedades. Eso sí, no esperes nada de tus arqueros, están totalmente nerfeados. En definitiva, FIFA 23 es un excelente juego. Podrá fallar en muchos aspectos que solo los más aguerridos notarán, pero viéndolo en retrospectiva, no solo se resuelven casi todas mis quejas del año pasado, sino que se agregaron muchas mecánicas. Definitivamente, es un gran cierre a una serie de videojuegos con casi treinta años de trayectoria. Hasta siempre, FIFITA.