RESEÑA DE AGE OF EMPIRES IV (4) VALE LA PENA

RESEÑA DE AGE OF EMPIRES IV

Una nueva era para los RTS, de la mano de un viejo imperio

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A esta altura es imposible hablar de juegos «Real-Time Strategy» (o dicho en criollo, juegos de estrategia), sin mencionar a una de las sagas más emblemáticas del género. Age of Empires. Sin duda, su secuela es uno de los mayores clásicos de PC. Solo basta con entrar en una habitación y decir «wololo» en voz alta que la mayoría va a saber de qué se trata. Recibió dos remasterizaciones y hasta una expansión recientemente. No solo eso, sino que para muchos fue un cachetazo de historia, porque probablemente la mayoría nos enteramos quienes eran William Wallace, Juana de Arco y Genghis Khan gracias a este juegazo. Es indiscutible su legado y el impacto no solo en el género, sino en la industria. 

Pocos años después salió Warcraft 3, que tomó absolutamente todo lo mejor de los RTS y resultó en lo que, para mi, es el mejor juego de estrategia que existe. Age of Empires III se vio obligado a tener que reinventarse para volver a destacar y aunque la recepción fue positiva, no tuvo ni cerca el mismo impacto que su predecesor. Desde entonces hubo una bajada de calidad importante en este tipo de juegos. Command & Conquer, otro de los pioneros del género, se perdió en el camino y StarCraft 2 fue el último gran golpe de Blizzard. Otros títulos como los aclamadísimos Total War, o incluso los 4X como Civilization y Humankind tomaron mucho más protagonismo de la escena en los últimos años.


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EL IMPERIO CONTRAATACA

El primer acierto de Age of Empires IV ya lo hace sin siquiera entrar al juego. A diferencia de la anterior entrega que «modernizó» un poco el setting, en este se optó por volver de lleno al medioevo. Como es de esperar, el juego cuenta con una campaña bastante extensa en la que repasamos la historia de las 8 civilizaciones disponibles. Cada nivel nos va introduciendo una pequeña mecánica nueva para ir amigándonos (o posiblemente, reencontrándonos) con el sistema del juego. 

La campaña es, básicamente, un tutorial muy largo y hasta necesario del juego. Sin embargo, no me resultó tan interesante como podría haber sido. Siento que esto es una oportunidad perdida, ya que Age of Empires II sí supo integrar los eventos reales de una buena manera. Después de las excelentes historias que brindaron Warcraft 3 y Starcraft 2, tal vez estaba esperando algo de ese estilo, pero Age of Empires IV apunta a recrear batallas históricas, por lo que es entendible que no esté abordado de la misma manera. Pese a esto, algunas misiones me parecieron realmente fantásticas y los escenarios están muy bien diseñados. 

Cada civilización se maneja igual a las demás, pero tienen diferencias con respecto a su desarrollo. Por ejemplo, los Ingleses tienen beneficios para cosechar comida, mientras que los Mongoles reciben oro y suministro cada vez que destruyen un edificio ajeno. Al principio estas diferencias no son tan cruciales, ya que la campaña nos guía bastante en lo que tenemos que hacer, pero es importante entender que ventajas y desventajas trae cada una. En lo personal me enganché con los franceses y su eficacia para explorar y expandirse a toda velocidad. Age of Empires IV va a sentirse completamente familiar para veteranos del juego, sin embargo, es un buen punto de entrada para quienes nunca tuvieron la oportunidad de jugar las entregas anteriores.


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ROMA NO SE CONSTRUYÓ EN UN DIA

Además de la campaña, hay varios modos de juego, incluyendo unos desafíos con objetivos puntuales que son realmente difíciles. Dado a que faltan unos días para la salida oficial, no pude aprovechar el componente multijugador, pero sí muchas partidas contra la (notablemente brutal) IA. Para quien nunca jugó un Age of Empires, o algún RTS, el comienzo siempre es (más o menos) igual. Arrancamos la partida con nuestro edificio principal y un puñado de aldeanos. Tenemos que ir recolectando las cosas básicas como madera y comida, para luego pasar a piedra y oro. Estos son los 4 recursos principales para desarrollar nuestra civilización, por lo que es imperativo asegurar una fuente estable de cada uno. Lógicamente, tenemos que ir construyendo más casas para poder tener más unidades disponibles para desarrollar. Eventualmente con los recursos necesarios, vamos a poder avanzar de era y empezar a expandir nuestro territorio.

Nuevas tecnologías comienzan a estar disponibles y el crecimiento es constante. Este es el proceso básico del juego. Recolectar y avanzar. Sin embargo, no somos los únicos en el mapa con el mismo objetivo. Tenemos varias opciones para declararse victoriosos en una partida; podemos dominar al enemigo mediante la fuerza, capturar unos altares, o construir una maravilla.

Al principio vamos a poder crear unidades muy básicas. Pero con cada era, nuestras fuerzas militares comienzan a crecer y disponer de nuevo armamento. Vamos a pasar de lanzas y arcos, a ballestas, catapultas, caballería y hasta barcos. Eventualmente vamos a entrar en guerra con los demás jugadores del mapa, y es en ese momento donde Age of Empires IV pierde un poco su brillo.



NO LLEVES UNA LANZA A UNA PELEA DE CATAPULTAS

Los RTS tienen un funcionamiento interno de «piedra, papel o tijera» fácil de entender. Cada unidad es fuerte contra una y débil contra otra. Esto lleva a que tengamos que balancear diferentes tipos de soldados para conformar un ejército funcional. En el papel, esto nos obliga a pensar estratégicamente cómo abordar un enfrentamiento con el enemigo. La IA es muy sólida, y si juntamos a todo nuestro ejército, se van a acomodar correctamente en base a su utilidad (la caballería forma las primeras líneas, mientras los arqueros se quedan atrás). El problema es que, en última instancia, la mejor estrategia es el caos.

Los conocedores del género estarán familiarizados con el concepto de «flocking». Para quienes no sepan de lo que hablo, es cuando en un RTS, agarramos a todas las unidades y movemos todo masivamente a un mismo punto. Básicamente, hacer click derecho y dejar que hagan lo suyo. Este es un problema que persiste en el género desde siempre y es una lástima. En última instancia, gana el ejército con más unidades y más avanzado, no el que mejor estrategia proponga. Sin embargo, hay un cierto placer en mandar a 200 personitas a la carga como unos descerebrados y ver cómo arrasan con las ciudades enemigas. Lo terrorífico es cuando nos lo hacen a nosotros. 

PRESERVANDO LA HISTORIA

Age of Empires IV no solo se mantiene fiel a su más emblemática entrega mecánicamente, sino que su apartado visual y sonoro sigue siendo fantástico. Gráficamente es impecable. Los pequeños detalles, como los caminos que se construyen automáticamente si ponemos edificios cerca, o las animaciones de las unidades hicieron que en más de una ocasión acerque la cámara lo más posible simplemente para disfrutar lo que pasa. Por más que las 8 civilizaciones comparten la mayoría de edificios y unidades, cada una tiene sus toques distintivos que le dan más personalidad. El estilo colonial de los ingleses contrasta notablemente con la estética árabe de la Califato Abasí. Otra notable mejora, es en su interfaz. Lejos quedaron esos espacios gigantes en la parte inferior de la pantalla, adoptando un minimalismo que detalla lo justo y necesario. 

Auditivamente, es un deleite. Sin duda, uno de los mayores aciertos, fue conservar los audios característicos de Age of Empires. Desde el ya mencionado «wololo» a la respiración-suspiro o como quieran llamarlo de un aldeano al ser traído al mundo. Todo esto queda elevado con una banda de sonido que termina de definir lo que es una gran experiencia. Muchas veces ignoramos estos aspectos de un juego, pero son una parte integral de lo que hace que esta saga sea tan memorable. 


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Pase Emperador, lo estábamos esperando

Age of Empires IV es un juego hecho con cuidado y cariño. Una carta de amor a quienes jugamos tanto el original, como su inmortal secuela. La mejor forma de resumirlo sería «Age of Empires II, pero nuevo» y eso no es nada negativo. Toma la estructura de un clásico y lo moderniza, llevándolo a su mejor versión hasta el día de la fecha.

Hay espacio para más. Teniendo en cuenta que las expansiones siempre fueron una característica de estos juegos, es más que esperable que pronto Age of Empires IV reciba nuevo contenido. Sin embargo, el paquete actual es completísimo. Desde participar en las conquistas normandas inglesas, hasta la guerra de los cien años y el nacimiento de Moscú, de seguro Age of Empires IV va a satisfacer a quienes tienen un mayor interés por este marco histórico. Que está incluido en Xbox Game Pass de PC desde el día uno, por lo que es inexcusable dejarlo pasar

A más de 20 años de Age of Empires II, ésta cuarta entrega es un gran paso en la dirección correcta. Es la vuelta a forma de una leyenda. Age of Empires IV es, desde ya, un clásico moderno.

Tom Radero

Tom Radero

Game Designer. Creador de REVIEWS DE 1 MINUTO. Fanático de los juegos aburridos
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