Es muy común que nos de flojera eso de sacar la basura…a menos que sea rutina de los Sims
La detestable rutina, esa que harta pero al mismo tiempo nos da un propósito y ajusta nuestros horarios para tener un orden en nuestras vidas. Es normal querer alejarse, al menos de vez en cuando, de esta predeterminada forma de vida. Pero es también curioso como nos quejamos de tener que despertar, día tras día para cumplir con nuestra labor a la vez que disfrutamos despertar a minar, arar y comer en Minecraft. Igualmente, solemos suspirar cada vez que recordamos que debemos atenernos a ciertas reglas para que este ciclo humano se cumpla. Lo queramos o no, la rutina es parte de nuestra vida y parece que solo le tenemos aprecio cuando se trata de un mundo irreal. Intentemos descifrar el por qué.
¿Hay algo de escapismo en todo esto?
Obviamente, no podemos negar que hay algo de ignorar nuestros deberes diarios en el medio. Es normal buscar cualquier excusa para evitar nuestra rutina y la procastinación nos hace ver ciertas acciones como más atractivas que nuestras tareas diarias. Como respuesta, no hay nada más sencillo que refugiarnos en los videojuegos y sus mundos que nos ofrecen cantidades bastante generosas de tiempo para invertir. Pero entonces, si tenemos tantas herramientas para divertirnos y aprovechar nuestro tiempo, ¿por qué aquellas tareas tan repetitivas son las que terminan por llamarnos más la atención?
De hecho, no se trata de una cuestión sobre si nos gusta o no seguir una rutina, sino sobre cómo queremos llevarla a cabo. Acá es donde la facilidad y comodidad de pulsar un solo botón para realizar una tarea entra en la ecuación. Claramente es más fácil para una persona construir una vivienda en los Sims, sin tener que atenerse a un presupuesto y por sobre todas las cosas, la inmediatez de paredes que se colocan al instante y el poco esfuerzo que conlleva. Lo que posteriormente nos conduce a sentir que estamos siendo productivos, por ende, no estaríamos “perdiendo el tiempo”o procrastinando. Acá encontramos esta suerte de escapismo que nosotros construimos para justificar el por qué es divertido seguir una rutina en los videojuegos y no en la vida real.

Las rutinas están en todos lados
Al mismo tiempo, se resalta que el concepto de rutina no se coloca únicamente sobre tareas que realizamos constantemente como lo es trabajar o estudiar. Sino que toda actividad que realicemos regularmente pasa a ser una especie de normalidad. Así, podemos decir que cada mundo de un videojuego con sus propios juegos cuenta con su propia “rutina”. Es cierto, hay títulos como Wilmot’s Warehouse que hablan literalmente del mundo laboral y las tareas, pero si lo pensamos detenidamente, juegos como Uncharted, Assassin’s Creed, Fortnite, etc. no están para nada alejados de esta idea.
Pero ojo, no hay que confundir los conceptos de rutinario y repetitivo. Por poner un ejemplo, la idea de rutina puede hasta ubicarse en videojuegos de mundo abierto como lo podría ser el reciente Immortals Fenyx Rising. Donde, dentro de todo, se nos permite ir a nuestro ritmo sin depender de nada en particular. Acá es claro que no se habla de una experiencia verdaderamente repetitiva ya que cada jugador elige qué hacer y cuando. Pero no deja de tratarse de una rutina, una que cada persona se construye a medida que pasa tiempo en el mundo. Decidiendo a qué aspectos darles más atención, armando una improvisada lista de prioridades y objetivos ‘terciarios’ para de a poco ir cumpliendo. Estos objetivos generalmente conducen a una meta final, al igual que estudiamos para finalmente graduarnos o al igual que trabajamos para finalmente ahorrar lo suficiente.

El ciclo sin fin
Independientemente de si podemos ver a la rutina como algo bueno o malo, lo cierto es que es difícil escapar de ella. En muchos casos otorga un sentido y un orden, algo que puede verse en los videojuegos. Si les preguntara a ustedes, seguro muchas personas podrían relatarme cómo en ciertos títulos no realizaban cierta misión hasta haber cumplido otra y no por limitantes del juego, sino por su propia decisión. Lo curioso de esta organización humana es que solemos realizarlo inconscientemente, por lo que es normal llevar a cabo algunas de estas prácticas y omitirlo. Ya sea buscando siempre la simetría en nuestras construcciones o teniendo una fila completa de girasoles en nuestras plantaciones de Plants VS. Zombies. El concepto de rutina como forma de organizarnos ha estado siempre ahí y es probable que siempre lo esté.
Así mismo, mi intención tampoco es desprestigiar este concepto o alabarlo, solo dar un enfoque sobre como se relacionan las rutinas con el videojuego. Ya que suele ser un apartado ignorado tomando en cuenta que al hablar de una serie de tareas, se suele ver a los juegos como factor principal de la procastinación. Cuando en realidad se puede hacer una lectura que indica todo lo contrario, ayudando a ejercitar este apartado de la inteligencia humana. Tomando en cuenta que el punto de partida para esta nota fue la dualidad que existe entre la rutina de la vida real y la de los videojuegos, creo que para finalizar también debemos volver ahí.

Nos acostumbramos a lo que nos rodea, pero no por eso debemos restarle relevancia
Es muy complicado transitar por estos rumbos y decir cosas que no suenen incoherentes o poco serias, pero lo cierto es que se le debe poner más atención a la relación que tenemos como jugadores con la rutina. Para nada debemos descuidar las rutinas diarias, sobretodo aquellas que mantienen nuestro bienestar sanitario, pero no nos cuesta nada apreciarlas dentro de la industria videojueguil. Hay una enorme multitud de títulos ahí afuera que nos pueden ayudar a replantear nuestras rutinas y estilos de vida. Nada nos cuesta pararnos un momento y preguntar, ¿está mi vida en un momento sano? Algo que los videojuegos pueden incitar de muchas formas diferentes.