Y tener la certeza de que los animales virtuales siempre van a estar ahí para recibir nuestro amor
El bello mundo de los animales… los no humanos, claro. Aunque suene exagerado, considero que hoy en día, para bien o para mal, la fauna es un pilar fundamental para la conexión de las personas con su planeta. La riqueza de nuestro ecosistema, sacando de lado la flora, se compone de un universo de vidas y experiencias. Claro, en muchos casos nos debemos limitar a admirarlas desde lejos para no perder una extremidad. Sin embargo, eso no quita que el mundo que nos ofrece, sea más que fascinante. Y por suerte, los videojuegos nos dan la oportunidad de enfrentarnos cara a cara con la belleza de la fauna. Tanto doméstica, como salvaje.
No Fluffy, no muerdas
Primeramente, me gustaría aclarar algo sobre los animales. En general cuando me presento con uno de estos escritos, primero hago un repaso histórico del tema en cuestión. Pero seamos sinceros, no voy a encontrar una respuesta clara a: ¿Cuál fue el primer animal o mascota incluida en un videojuego? Dicho eso, la fauna en formato pixel ha estado con nosotros casi que desde del principio. Si tengo que hacer memoria, desde Donkey Kong se hacía notar. Claro, hay muchas maneras de representar la biodiversidad del planeta tierra. Y ya que lo hemos mencionado, eso nos da pie a notar que en un principio la fauna era el enemigo.
Si, es claro que lo que voy a mencionar es fantasía. Pero no quita que los primeros ejemplos de RPG ejemplifiquen perfectamente la vida animal como un peligro. The Legend of Zelda nos ubica en un mundo donde todo lo que se mueva es un desafío. Teniendo que evitar la rutina e instintos de una fauna que nos aguarda. De cierto modo, podemos decir que Link llega a interrumpir su tranquila vida. Pero pasando a otro ejemplo, Earthbound o Mother hace algo similar. Haciendo que nuestros primeros enfrentamientos sean contra perros y ratas. Así, se va formando una librería, especialmente en los RPG, que determina que la vida silvestre que nos rodea es un enemigo que se interpone en nuestro camino.

Ya te voy a dar de comer Fluffy
Al contrario, tenemos la otra cara de la moneda. Hablamos de títulos que enfocan la fauna como seres domésticos que debemos cuidar y proteger. Y en ciertos casos, lo hacen ver como una tarea más no como una actividad recreativa. Un ejemplo de esto son los Tamagotchi, pequeños juguetes de bolsillo que nos dan la oportunidad de cuidar a criaturas que desafían la biología conocida. Así mismo, el propio Pokémon hace algo similar. Teniendo que prestar atención a las necesidades de nuestros compañeros, sus habilidades y salud. Así, la idea de los animales como enemigos comienza a mutar. Actualmente el videojuego permite que los concibamos en un ambiente más doméstico.
Ahora bien, hay una diferencia entre cuidar de un ser para verlo crecer y que sea una tarea que nos molesta cada vez que debemos realizarla. Volviendo a Tamagotchi, es un juego donde a la más mínima distracción nuestra criatura muere. Y dejando de lado los motivos económicos de esto, lo cierto es que terminaba por convertirlo en una tarea. Claro, en la realidad tener una mascota no es un juego. Pero no es lo mismo, respetar, amar y dar atención a una mascota que hacerla ver como una carga. Independientemente de esto, la influencia animal seguía creciendo. Y uno de los casos más evidentes es Sonic.

Ahora Fluffy es protagonista
El surgimiento del erizo azul no es exactamente revolucionario. Ya hace tiempo se veían animales protagónicos. Hablamos de personajes como Frogger, los Battletoads, etc. Pero lo que diferenció a Sonic del resto, es que este tenía una personalidad y carisma únicos. Llegando incluso a desafiar el ícono de Mario. Hasta ese punto, los juegos con fauna por protagonista no eran más que una mera apariencia. No había un real impacto si esta cambiaba. Por esto, la salida de Sonic le hizo ver al mundo el potencial de un animal protagónico y que podía igualarse al impacto de otras mascotas reconocidas. Esto también animó a la industria a seguir por este camino. Haciendo que surgieran otras criaturas que, independientemente de su éxito, tuvieron la seguridad de pertenecer al reino animal.
Esto comenzó a notarse a finales de cuarta generación y gran parte de la quinta. Con títulos como Bubsy, Banjo Kazooie e incluso Crash Bandicoot. Lo más curioso es que la mayoría de estos casos tuercen el concepto de tal manera, que los humanos pasan a ser los enemigos. El doctor Eggman, o Robotnik, la bruja Gruntilda, Neo Cortex y un sin fin de figuras reconocibles. Los animales pasaron a ser una parte central del videojuego. Y claro, su influencia siguió creciendo. Pero curiosamente, su papel actual es un poco más secundario. Y sin embargo, esto no es necesariamente negativo.

Los años te envejecieron Fluffy, pero no te ves mal
Hoy en día, el abanico es tan diverso que no puedo llamarlo o describirlo de un modo en específico. De villano, a compañero, a protagonista, la fauna ahora cuenta con un papel super curioso. Y para esto, podemos ver juegos que combinan estos elementos. Tal es el caso de Donut County, que presenta una ciudad con habitantes animales. En un abanico de íconos que resuenan por sobre el resto. Un protagonista mapache, un enemigo mapache, amigos perros, cocodrilos, etc. E incluso, se da el espacio para incluir un personaje humano. A la par, aparecen otros títulos como Ape Out. Un proyecto que pone sobre la mesa las consecuencias del maltrato animal. Un tema que a pesar de ser crudo, merece más atención en el medio.
Claro, no podemos olvidar el impacto de franquicias como Animal Crossing. Su personalidad lo ha llevado a posicionarse como uno de los juegos por excelencia, y más para los amantes de la fauna. A su vez, existen papeles que, a pesar de ser menores, condensan una gran cantidad de cariño. Está el D-dog de Metal Gear Solid V, el innolvidable Epona y obviamente, Chop en Grand Theft Auto V. La lista sigue y sigue, y solo por mencionar algo más, podemos hablar del perro que aparece en la saga Reigns. La encarnación propia del Diablo….y no es un chiste.

Vamos Fluffy, a seguir ladrando
Lo que me fascina de esta historia es el número de posiciones por las que la fauna tuvo que pasar. Es increíblemente curioso, y más tomando en cuenta que el reino animal es de nuestro día a día. La tecnología y su avance hace que cada vez veamos inteligencias más capaces y complejas para estos seres. Y aunque no es animal, puedo pensar en elementos como el Alien de Alien Isolation. Su capacidad de deducción, que lo hace ver casi como otro jugador, puede servir como aprendizaje para que, incluso si son solo animales de fondo, se sientan mucho más vivos. Como dije al principio, los son una muestra de la conexión de las personas con el mundo que nos rodea. Por lo que debemos respetarlos, resguardarlos y darles el lugar que merecen. Y si los videojuegos nos pueden ayudar que pensemos así de ellos, bienvenidos sean.