El anuncio de Final Fantasy XVI despertó la ilusión que hacía rato la saga no lograba
La saga Final Fantasy ha sido un carrusel de emociones durante la pasada década. Final Fantasy XIII nunca supo encontrar su lugar. Final Fantasy XIV tuvo un arranque desastroso, a pesar de resurgir y convertirse en uno de los MMO más jugados. Al XV se lo ama o se lo odia. E incluso su saga hermana, Kingdom Hearts, lanzó una nueva entrega numerada luego de trece años, pero aún siendo bien recibida, no logró el mismo fenómeno que sí el primer y segundo juego. Es por eso que resulta curioso que con la presentación de Final Fantasy XVI durante el evento de PlayStation 5, se despertara tanta ilusión. ¿Seguidores incondicionales o hay algo más en tal emoción?

A día de hoy es muy tramposo definir qué es Final Fantasy. Los primeros cinco juegos tienen una ambientación medieval bien definida. El sexto y octavo tienen una temática steampunk, mientras que el séptimo se inclina por el cyberpunk. El noveno regresa a la fantasía de castillos y caballeros pero con diseños caricaturescos e infantiles. El décimo toma ideas de las playas de Tailandia y Japón y la cultura tribal. XII y XIII se ambientan en el futuro con evidentes conceptos de ciencia ficción. Y por último, Final Fantasy XV se sitúa en un mundo moderno pero con toques fantásticos.
Si hablamos de su jugabilidad, también es difícil encasillar a la saga. Hasta Final Fantasy X, a pesar de sus variaciones, siempre se mantuvo el combate por turnos. Pero con la introducción de la serie al mundo MMORPG con Final Fantasy XI, se empezó a experimentar con un sistema más activo. La tendencia siguió y la última gran producción, Final Fantasy VII Remake, comenzó a coquetear con mecánicas hack n’ slash.
Las espadas esta vez no van por turno
Lo primero que hay que decir es que había un deseo importante por volver a las raíces. Este milenio no tuvo ninguna propuesta single-player que retomara la fantasía medieval y el trailer de Final Fantasy XVI no dejó dudas que se tratara de algo diferente. Retomar la realeza, los castillos y las grandes armaduras quizás sea la mejor opción, que la estética esté más cerca de los primeros juegos de SNES que a la de Final Fantasy XI complementa mejor el camino nostálgico.
Por el contrario, el sistema de batalla aparenta alejarse completamente de los turnos por algo más parecido a Dragon’s Dogma. Y justamente Square-Enix hace unos meses reclutó a Ryota Suzuki, responsable de la jugabilidad de ese título, de Monter Hunter: World y Devil May Cry 5. Si bien en el pasado se ha criticado este enfoque de la franquicia por replantear su jugabilidad hacia la acción, es indudable que un diseñador con esa experiencia hace que cualquiera despierte interés y fantasee con las posibilidades. También hay que tener en cuenta que el combate activo de Final Fantasy VII Remake fue recibido muy gratamente. Un voto de confianza más que asegurado.

Naoki Yoshida: una nueva esperanza
Tetsuya Nomura ha sido la cara visible de Final Fantasy los últimos quince años, pero ha estado trabajando para sus títulos desde Final Fantasy IV (1991). Sus diseños ya clásicos, son lo primero que le viene a la cabeza a cualquier seguidor de la saga. A diferencia de su arte, su liderazgo es cuestionado. Hay veces que sorprende y marca hitos como Kingdom Hearts y The World Ends With You. Y otras veces toma decisiones controvertidas, como cambiar el final del remake de Final Fantasy VII, un juego con una historia ya escrita y tan alabada que para muchos no necesita cambios. También se le suele cuestionar el tiempo en que tarda en desarrollar sus videojuegos. Obviamente el caso más extremo es Final Fantasy XV, que desde su anunció tardó una década en ser finalizado.
En este contexto, no es raro que Square-Enix buscara una nueva cabeza para sus proyectos, en parte también para que Nomura deje de tener varias responsabilidades simultáneas y se dedique exclusivamente a la segunda parte de Final Fantasy VII Remake. El elegido en este caso es Naoki Yoshida, productor y director de Final Fantasy XIV.
El MMO es uno de los más alabados de la actualidad con una comunidad muy dedicada. Todos los que lo han jugado hablan maravillas de él y de cómo respeta el legado de lo que fue Final Fantasy. Es cierto que el juego tuvo un arranque desastroso allá por 2010, pero haber remontado y convertirlo en lo que es hoy no es nada menos que admirable. Yoshida es una cara familiar que ha demostrado estar a la altura de la marca, y a pesar de tener poca experiencia con propuestas para un solo jugador, es alguien confiable que entiende el legado de los Cristales y los chocobos.

Sin tanto gráfico, la fantasía de siempre
Desde PlayStation 2, Final Fantasy siempre se ha destacado por ser un portento gráfico, de exprimir las consolas al máximo. Y realmente el trailer de Final Fantasy XVI no se ve tan espectacular. No se ve para nada mal, pero no deja esa impresión como pasó con, por ejemplo, Final Fantasy XV y VII Remake, incluso se podría decir que se ve un poco peor que esos dos. Igualmente no es nada alarmante, debe quedar suficiente tiempo para que mejore. Además Yoshida confirmó que el video no reflejará los gráficos finales y que prefirió mostrar algo in-game a una cinemática prerrenderizada.
Lo que sí sorprende es el nivel de violencia mostrado. No es que no haya habido en anteriores juegos, pero no a este nivel. La postal del niño Joshua con la cara repleta de sangre y el soldado aplastado por una roca es por lo menos atípico. Quizás el argumento vaya por estos lares y nos de una narrativa más adulta. Lo que podemos estar seguro es que visualmente intenta hacer lo suyo propio.
Finalmente resolviendo la pregunta del principio, hay más que motivos suficientes para estar emocionado, aunque un nuevo videojuego numerado de Final Fantasy siempre despierta ilusión. Que Yoshida y su equipo estén al frente refleja las intenciones de Square-Enix de querer dejar atrás una imagen estancada por retrasos y desencantos. Quizás la vuelta a la fantasía medieval demuestre que a veces hay que mirar al pasado para construir el futuro.