La evolución de un protagonista reflejada en sólo cuatro imágenes
El tópico de las portadas de videojuegos, incluyendo el debate de si han perdido relevancia o no, es un tema increíblemente amplio. Y dentro de esta plática, se discute mucho respecto a un tema en particular. La evolución de increíbles artes conceptuales a simplemente un tipo luciendo el arma amenazante de turno. No es un secreto, es una práctica que ha afectado hasta a los títulos con mayor renombre. Doom 2016, Dark Souls, Bioshock Infinite y lo que hoy nos compete: Uncharted. Sin embargo, hoy no vengo a quejarme de una estrategia de marketing que reduce la personalidad de un juego. Sino el relato escondido que hacen acerca de Nathan Drake. Y por eso, les presento un análisis a las cuatro portadas principales de la saga.
Uncharted: El tesoro de Drake
No hay mejor manera de empezar el recuento que con uno de los shooters más icónicos de Sony. El primer Uncharted presenta un concepto relativamente fresco. Y digo “relativamente” porque la existencia de Tomb Raider e Indiana Jones hace tiempo que venía figurando en la industria. Sin embargo, Nathan logra diferenciarse lo suficiente de sus contrapartes para dar una experiencia novedosa. Al mismo tiempo, los escenarios también otorgan otra mirada a como los concebimos. El combate se relaciona más con nuestro posicionamiento y logra variar entre armas de fuego y cuerpo a cuerpo. Y dentro de toda esta charla, nos encontramos con la primer portada.

El estándar de portada se ve más que claro. Pero alejémonos un momento de esa charla para centrarnos en otra. Hablemos primero de todo lo que rodea a Nathan. El pequeño bosquejo de flora en la parte inferior derecha abraza una calavera que, por su estado, hace tiempo se perdió en la jungla. Tanto tiempo, que hasta se ha pigmentado de las tonalidades de la naturaleza. Este camuflaje es notorio para el jugador, dando a entender que nos espera algo particular. Pero Nate no parece estar consciente ya que está de espaldas. Las armas, tanto la pistola como la escopeta, están sobre el. Es una primera entrega, un experimento donde la acción es más relevante que él. Su expresión de, incluso cierta confianza, indica que no es su primer rodeo. Pero, volviendo a la calavera, Nathan no está preparado para lo que va a enfrentar.
Uncharted 2: El reino de los ladrones
La secuela aclamada por toda la comunidad de videojuegos. Un santo grial para los aficionados a los géneros de disparos, aventura y acción. A partir de este éxito se desarrolla un título que si bien demostró una evolución, también comenzó a crear una tendencia para la saga. La tendencia a querer impresionar al jugador con las escenas más rimbombásticas y sin sentido que se puedan imaginar. Eso también, acompañado por la incógnita de no saber si Nathan iba a sobrevivir. Claro, siempre salía en una pieza, pero en su momento causaba al menos un poco de incertidumbre. Y obviamente, esta práctica también se vio reflejada en la portada, mostrando algo radicalmente diferente a lo ya visto.

El momento “chocante” que define a este Uncharted es uno del que no tenemos total claridad sino hasta ya avanzado el juego. El momento del tren es, para muchos, una de las situaciones más peligrosas en las que Nathan ha estado. Y considero que esta portada le hace honor a su impacto. La frialdad de las montañas y su silencio se superponen con un tren que se pierde en el vacío. Y de el, cuelgan varios objetos que comienzan a desprenderse. En eso, un Nathan que ha tenido que dejar ir su arma se hace notar. El combate no importa, y el héroe se ve superado por los peligros que lo rodean. Pasó de vivir a sobrevivir. El sabe que está en problemas, su expresión lo dice todo. Es un reto al jugador, quien decidirá si Nate sigue su aventura o es otro asiento que cae al vacío.
Uncharted 3: La traición de Drake
Lo común con la tercera entrega es decir que el pico máximo para la saga se consiguió con su predecesor. Dejando así, al fin de lo que en su momento era una trilogía, como un título que si bien fue sólido y cumplió con las expectativas, también dejó a los fanáticos más acérrimos con un gusto extraño. Personalmente, es una entrega que disfruté. Al fin y al cabo, cumplió con una buena dosis de mini-apocalipsis provocados por una sola persona. Y como mencioné anteriormente, continuó con la tendencia de impactar al jugador con un evento en particular. Y de la nieve pasamos a la arena, Uncharted 3 se presenta con una de las portadas más relevantes y con mayor evolución para Nathan.

Uno de los aspectos que más resalta es el alto contraste con la portada anterior. Y dentro de este apartado, la actitud de Nathan da un salto impresionante, pero ya vamos a llegar a eso. Primeramente, la inmensidad del desierto y como parece ser infinito. El avión destrozado es ahora solo otro elemento del ambiente porque así como al jugador ya no le sorprende tanto, a Nathan tampoco. Y ese es, en mi opinión, el foco de esta portada. Mostrar la insensibilización que ha sufrido Nate. Es una persona que ha pasado por mucho, su expresión es una de todo menos sorpresa. Y aún así, logra contrarrestarse con su pose. Dando a entender que aún tiene mucho por qué luchar. Y más si tomamos en cuenta la trama del juego. Ya que en este, las motivaciones de Nathan son mucho más personales y no necesariamente buscar un tesoro porque sí.
Uncharted 4: El desenlace del ladrón
El, por ahora, cierre definitivo. La cuarta aventura que trae, de manera muy conveniente, a un hermano perdido de vuelta. Se nota que es solo una excusa y sin embargo, el título se esfuerza por diferenciarse del resto. Porque comienza a tocar la temática de envejecer y dejar ir. Ahora, el tratamiento de este tema es cuestionable, pero por lo menos el gameplay también trató de renovarse. Con la inclusión del gancho y una libertad más amplia en cuanto a los escenarios. Y con todo esto, nos encontramos con un juego mucho más aterrizado y de cierto modo, menos fantasioso. Y en ese momento aparece la portada. Que personalmente, es mi favorita.

Algo que valoro mucho de esta portada en particular, es como logra tomar elementos de todas las que ya hemos visto. Por un lado, tenemos la vuelta a las raíces, literalmente, con el ambiente de jungla. Nathan está en un lugar que le es familiar y sin embargo, lo que menos demuestra es confianza. A esto, acompaña la frialdad y tonalidad azul de la portada de Uncharted 2. Acá, es utilizado para denotar tristeza o desesperanza. Por último, Uncharted 3 se hace presente con el concepto de un cambio muy abrupto. Nathan ya no es el mismo, sus ropas han cambiado al igual que su modo de ver el mundo. Sus ojos ya ni siquiera son visibles porque ahora su perfil es mucho más bajo y menos heroico. Se ubica en el centro porque estamos acá para verlo a el. Un Nathan deshecho que apenas puede sostener su arma.
El legado del ladrón perdurará
Este fue todo un viaje, tanto personal para mi escribirlo como yo espero que sea para ustedes leerlo. Fuera de las miradas objetivas que se le puedan hacer a esta franquicia, tiene un gran valor sentimental para mi. Con ese juego me inicié en mi PlayStation 3, consola con la que comencé a tomarme más enserio el videojuego. Siempre seguí la franquicia de cerca y creo que es uno de los pilares en mi pasión por este medio tan bonito. Estoy muy contento de haber formado parte de la historia de Nathan Drake. Y espero haber colaborado a esparcir aún más su relato.